miércoles, 4 de junio de 2014

25 de Mayo: Pueblos Originarios, memoria y continuidad


25 de mayo de 2014

En este aniversario de la Revolución de Mayo las Pueblos Originarios nos hacemos presentes por la memoria de nuestros líderes (Tokis, Iquines, Mburuvichas) Kajfvkura, Kallchakí, Chelemin, Viltipoco, Likar, Kipildor, Meguesoxochi, Lefxaru, Andresito Guacurarí, Tomás Paniri, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Anacaona, quienes desde los primeros tiempos de la conquista lucharon por la libertad de sus pueblos forjando un movimiento libertario a nivel continental que convergió en los sucesos revolucionarios de mayo de 1810. 

Estos hermanos y hermanas supieron conducirnos, y aunar sus fuerzas con las de los próceres revolucionarios como Simón Bolívar, José de San Martín, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo, José Artigas y Juana Azurduy, y juntos, dieron sus vidas por el proyecto colectivo de una Patria Grande, libre y soberana.

Nos movilizamos porque estamos de pie y organizados, y al igual que lo hicieron nuestros líderes doscientos años atrás, entendemos que la única forma de avanzar hacia una sociedad más justa, igualitaria y plural es junto a todo el pueblo argentino y sudamericano, conmemorando una historia que nos hermana y que, al repasarla, nos permite pensar nuevos caminos posibles para la emancipación total y definitiva de los pueblos de nuestra región. 

Asimismo, hoy se cumplen cuatro años del encuentro histórico entre la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y más de 200 Autoridades tradicionales de nuestros Pueblos en la Casa Rosada, sellando el “Pacto del Bicentenario entre los Pueblos Originarios y el Estado: una política de interculturalidad”. 

Creemos que es un momento crítico para nuestro país y para la región. Durante la última década nos encontramos ante un nuevo escenario nacional y regional con gobiernos progresistas que dieron muestras de avances en materia de justicia social, derechos humanos y soberanía nacional. Sin embargo, estas políticas tendientes a una mayor igualdad social y cultural encuentran sus límites en las respuestas reaccionarias de sectores feudales, de derecha, antidemocráticos, que se niegan a soltar y redistribuir el poder, la tierra y la riqueza. 

La cuerda está cada vez más tensa y la situación de emergencia en nuestros territorios crece ante los constantes desalojos y amenazas que sufrimos a manos de los terratenientes, la policía y la Justicia injusta. Es urgente dar pasos firmes hacia la democratización de la Justicia, la profundización del debate sobre la tenencia y distribución de la tierra, avanzar en la elaboración de las Leyes de Propiedad Comunitaria Indígena y de Consulta y Participación, garantizando la participación de los Pueblos Originarios en este proceso.

En este sentido es perentorio abrir la discusión sobre el modelo productivo del país y la región, el cual debe ser inclusivo de todos los sectores que vivimos en el territorio, los Pueblos Originarios estamos embarrados del territorio, e impulsamos día a día el desarrollo del Buen Vivir de nuestro país. Las políticas de los años ‘90 para el desarrollo basado en la idea liberal de “progreso” son solo espejitos de colores que nos llevaron a la crisis social y cultural que explota en el año 2001. 

Nuestra región requiere de nuevas ideas originales, propias, comprometidas no importadas. Necesitamos desarrollar y poner en ejercicio el “Buen Vivir”. Esta afirmación, está lejos de la idea generalizada de que los Pueblos Originarios somos “ecologistas” o “ambientalistas”, sino que surge del ejercicio de nuestra autonomía y de nuestra cosmovisión, a partir de prácticas y conocimientos ancestrales que implican una relación de equilibrio y armonía con los territorios. Otra forma de vida es posible y necesaria para superar aquellos modelos importados ajenos a estas nuestras realidades territoriales.

La Revolución de Mayo recorrió un camino original ya que fue un proceso plural, de emancipación y hermandad de todos los pueblos desde Colombia hasta Argentina. Truncada luego por la facción liberal-conservadora, sin embargo ese proceso germinó la semilla que hoy cultivamos en los territorios para una revolución pluricultural, social y profunda. 

Con este legado, convocamos a las organizaciones sociales y políticas, a cada espacio de lucha y a toda la sociedad, a unificar las fuerzas, a sumar pensamientos e identidades, pues es tiempo de transformar realidades desde cada contexto territorial, sin mezquindades ni egoísmos, hermanados en cada uno de nuestros sueños libertarios.

Los Pueblos Originarios hemos sido protagonistas de las revoluciones populares y de las luchas emancipatorias contra el imperialismo de los últimos siglos. Estamos en alerta y movilizados, y haremos lo necesario para defender y garantizar la continuidad de este proceso de reparación histórica en la región, asumiendo el desafío de participar activamente de la transformación del Estado, por la libertad y soberanía de la Patria Grande.
















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